Pude lograr lo que nunca otro le pudo lograr, demostrarle de verdad que había tanta pasión junta dentro de mi corazón; ahi en su cama desparramado, en media hora de infierno toqué el cielo con las manos. Se notaba, en el colchón más sudor que cualquier otro, y con caricias intentaba sanar su corazón roto.